Quítate la espinita...

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jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Qué pasa cuando alguien te rompe el corazón?

Nunca me canso de dar...porque la mayoría de las veces no espero nada. Esa es mi condición, vengo con ello desde que nací. Tal vez, salí fallada.

Luego me topo en la vida con personas que creo que me conocen. Con personas por las que, incluso, meto las manos al fuego. Con personas que cambio, y que también me cambian.

En ocasiones ponen a prueba mi lealtad. La mayoría de las veces me lastiman tanto que no me importa porque adoro a esa persona. ¿Por qué? Tal vez porque en mi tonta cabeza pensaba que creían en mi. O que me conocían. Tanto o más que yo misma.

Pero hay otras personas que -según ellas- lo que menos quieren es lastimar; juegan, usan, desconfían... y terminan -peor que los demás- rompiendo el corazón.

Y es profundamente triste darme cuenta que al final la lealtad que había elegido por sobre otra lealtad, termina traicionándome y sí, encima de todo desquebrajándome el alma.

Perder el todo por el nada. Sí. Perder una amistad de tantos años, por lealtad, para que al final me tumbe al suelo, me pisotee, me patalee y sople para que termine desmoronándome.

Esa es la peor gente. La más necesitada de cariño. La que no se conoce ni a sí misma. La que va por la vida humillando a sus cercanos, lastimando a los que lo quieren. Arrasando con lo bello de la vida. Acabando con la tercera palabra.

¿Qué pasa cuando alguien te rompe el corazón?

Sufres. Lloras. Sientes que todo se acabó. Que ya no hay más qué hacer. El apetito se va. Empiezas a hacer cosas que o no hacías hace tiempo o simplemente no te gustan. Extrañas tanto a esa persona. Vuelves a sufrir. Te acurrucas en tu cama. Lloras en silencio. Te bañas para que las lágrimas se confundan con el agua de la regadera. Mueres por escribirle, pero no lo haces. Añoras lo pasado. Deseas retroceder el tiempo. Sigues sufriendo. Piensas tanto en qué pudiste haber hecho mal para que esa persona "te pagara así" y no encuentras respuestas. Te consuelan un poco algunas palabras que lees por ahí. Y al final nuevamente te preguntas por qué me mortifico tanto en poner en mis pensamientos y en mis sentimientos a alguien así, tan dañino, tan ciego, tan mudo...tan tóxico. Y te preguntas cómo pudiste siquiera en pensar poder sentir algo de amor por esa persona. Y te sacudes y talvez hasta calosfríos dan, para que el primer y último pensamiento del día no sea para esa persona. 

Cuánto más se debe de llorar, en cuántos más pensamientos debo de tenerte, cuántos recuerdos tengo que dejar de atesorar para olvidar el daño que has causado.

Gracias por lastimarme, por el daño que me hiciste, gracias por enseñarme tanto y sabes qué, también gracias por romperme el corazón ... al fin te conocí.

En fin, nada muere si lo ves de otra forma. Gracias 2016. Bienvenido 2017. 

 

Al rato el universo encuentra el equilibrio.

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