Tu, yo y...

¿Qué más te puedo pedir a ti? ¿Monogamia? ¡Jamás! No la conoces.

¿Tiempo? Puede ser. Pero de cada cuatro meses, ahora será cada año y cachito, es pregunta exclamada, ¡eh! Tan fácil cómo ponerse de acuerdo las partes interesadas.

Según la Real Academia Española, la monogamia es el régimen familiar que veda la pluralidad de esposas; por ende, un monógamo es un individuo casado con una sola mujer, en este caso, pues también aplica para mujeres. Viene del griego: mónos: uno y gamos: matrimonio.

Según tú, la monogamia no existe, ¡tan felices que seríamos todos!, ¿no? Y según los esposos científicos estadounidenses, David Barash y Judith Lipton, no la del té, dijeron que el ser humano es infiel por naturaleza y animal por variación de instintos (como lo dijera Andrés Soler en una de tantas películas). Eso ya lo sabemos, no necesitamos que nos lo digan unos científicos. Sabemos que TODOS SON IGUALES, uno por uno. ¿Nosotras también?

La monogamia es un mito, pero eso no debe ser pretexto para justificar la infidelidad.

Antes era una locura hablar de sexo, sexxxo, sexooo, ahora el tabú es admitir que la monogamia es terriblemente difícil.

Coincido parcialmente con Freud, al decir que “todos somos polígamos reprimidos”.

Cabe señalar que no se considera que haya poligamia o poliandria, cuando en la relación no hay un vínculo establecido, sino relaciones sexuales casuales, encuentros anónimos, pernoctas, amoríos, etc.

Como diría Mick Jagger, la monogamia no es para todos. Tampoco sostengo que sea bueno andar por ahí acostándose con todas las personas que a uno le gustan. Pero hay muchas formas distintas de acuerdo social.

Para que estar con una sola persona si se puede estar con varias, pero y las enfermedades y los sentimientos ¿piensas en ello?. Es cuestión de principios y de convicción.

Me gustaría saber, qué número soy en tu lista. Envíame la respuesta, pero pon la contraseña, para saber cuál de todos eres, va?

¡Viva la libertad, el parche y el condón, ah...y tus tres minutos!