Quítate la espinita...

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domingo, 24 de octubre de 2010

Dolor de estómago


Y ¿qué podrá ser? infección o simplemente un malestar. Eso es, precisamente, lo que quiero que me digas, soy tu infección que sanas cada vez o simplemente un malestar, que se pasa y se va.

¿Seguimos?

Y bien, esta sensación (¿siempre es desagradable?) en el estómago se puede manifestar de muchas maneras, pero, tambien puede ser un síntoma de una de las muchas anomalías del aparato digestivo.

Aún habrá quién pueda confundirse y pasar de ser un verdadero dolor a ese mariposeo que se siente con el amor. 





Existe una serie de síntomas, cuyo nivel de dolor y aparición, depende, en muchos casos, de la sensibilidad personal de cada individuo.

Sensación de plenitud es uno de lo síntomas, híjole, sensación de plenitud, la leen otra vez, por favor; sen-sa-ción de ple-ni-tud. Y es que estas palabras también figuran en una vivencia intensamente placentera, el orgasmo, ufff. Una de las muchas definiciones, sobre orgasmo, es que es una sensación de plenitud, de confundirse con el otro y transformarse en uno solo, y no querer que ese momento termine sino que continúe para poder seguir gozando esas sensaciones, tan placenteras.
Y éste sólo es un síntoma de los muchos que vivimos con un "dolor estomacal" y con el amor, la pasión, el deseo de estar, de vivir a esa persona, a la que en verdad amamos y queremos; por que sí, sentimos un tremendo afecto tan sublime que nos lleva a la característica principal del amor, que es, la necesidad; la necesidad de estar con él, de sólo sentirlo, de escucharlo, de rozarlo siquiera, de olerlo. 




Todo esto es como pretender explicar el vuelo de una gaviota o la profundida del mar, o la caída libre de un paracaidista. Tiene que ver con sentir, pero también con amar, confiar, entregarse, ver, tocar, escuchar y, al mismo tiempo, olvidarlo todo: es dejar de ser por un instante.

Qué más da perder el dominio de sí mismo, si cuando estamos en ese enamoramiento ya  nos perdimos por completo, ya no nos pertenecemos, ya somos parte de algo más ... "divino".

Pero ... ¿hay cura?

La vida no nos enseña a decir adiós. 

Dicen, también, que el tiempo es la única cura para el amor.

Debería de haber, creo yo, medicamento también que lo cure, como es que sí lo hay para el verdadero dolor del aparato digestivo, cómo es que existe y han inventado el alka-seltzer, la buscapina, la penicilina, la cefaloxaxina, debemos de inventar algo para el amor o simplemente, dejarnos de hacer tontos y aceptarlo, darnos la oportunidad de enfermarnos de amor, de ser como la espuma de mar: de dejarnos llevar.





1 comentario:

  1. Tienes razón, la vida no nos enseña a decir adiós, pero es necesaria la palabra porque viene en el paquete de BIENVENIDA, ni modo ...

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