sábado, 23 de julio de 2011

Tocando fondo!

El ancla que me regalaste, no ha llegado al fondo...
y me ha arrastrado a la profundidad de una pieza de tango
aunque sé que vivo en ti, casi, como el aleteo de un colibrí,
es como ver a Mozart dirigiendo su majestuosa obra.

Estoy tocando fondo...

Tengo tantas ganas de morir, que
cuando no veo tu resplandor
mi corazón agoniza, se detiene y muere.

Tu ausencia vive en mí, como si fueras 2
uno me lastima, el otro me fortalece
y al que necesito y amo, al final, sigue siendo el mismo
el único que me ha visto llorar
el único que realmente me ha hecho vivir.

Me gusta recordarte así:
Tendido sobre mí, con tus ojitos cerrados
tu olor, lo respiro como a la tierra mojada
y quisiera comérmela o dormir en ella.

Creo saber lo que sientes cuando me ves,
pero ignoro si sea verdad,
si sea sólo deseo o pasión
y no necesidad y amor.

Sigo tocando fondo...

Y me ahogo despacito...
y me pierdo en tus laberintos
viendo sólo espejismos alrededor.

Pareciera como si vivieras fingiendo,
ejerciendo una felicidad que no has tenido,
en la que entras conmigo.
Por eso no te decides,
porque sabes que está ahí
lo que te falta para vivir y ser felíz.

Se me antoja estar contigo:
tener tu calor y beberme tu sudor,
embriagarme con todos tus besos
y sanarme con el aleteo de tu cuerpo.

Soy tu soledad, si quieres
tu universo, sólo cuando quieres vivir
tu casa, cuando quieres descansar
y soy tu aire, siempre.

Tocando fondo...

Pero si siempre estoy aquí!
y tú siempre tendido en el vuelo,
creyéndolo...
pero es sólo distancia, tiempo.

Me envuelves tan fácilmente,
envenenando mi alma y
asfixiando mi triste corazón.

Cierro mis ojos y te sé completo.
Me mata tu espalda fuerte, sensible,
tu tibio cuello listo para ser besado,
y tus ojos, hermosos como siempre
esperando para ver en mí lo que deseas.

Tus manos vuelan cada vez que me tienes
y tus labios, jugosos, buscan siempre mi cuerpo
y me deseas! Y tal vez, me quieres!
pero...me necesitas?

Sigo tocando fondo...

No sé si piensas que soy una pieza dramática
pero podría ser más que tu poesía y tu estructura armónica vital,
si decidieras tratarme como a una obra de arte...
Pero al final quedo en intento y nada más.

Es tan triste escuchar a Mozart sin ti,
tan emocionante rozar tu mano,
y tan desdichada y fuerte la ausencia,
no lo sofoques, deja que siga vivo!

¡Quisiera ser una ópera para ti!,
porque así, siempre me escucharás...
y tu cuerpo vibrará al unísono de mis formas.

¿Sabes que lo que más extraño de ti eres tú?
Tu cuerpo aprisionando el mío,
tus dedos entrelazando los míos,
tu rostro enjugado en mí.

Me falta tu sabor y tu olor,
tus suspiros y tus ecos;
Y tu musicalidad, a veces
ligera, a veces sentimental.

No quiero ver nublados mis días,
quiero ver un campo floreado
cerros con piedras rojizas,
y ciento diecisiete aves entonando
nuestra favorita pieza musical.

¿Y si lloviera? ¡Que más daría!
Pues ya te sé, ya te he vivido.

Toqué fondo ya...

No hay comentarios:

Publicar un comentario