Quiero aprender a hacer álgebra en tu cuerpo.
Estudiar tus estructuras, tus conjuntos, tus operaciones.
Estudiar tus cantidades y tus relaciones; para así…
definir tus leyes de composición interna.
Me encantan tus signos y tus símbolos.
Me encantan tus signos y tus símbolos.
Las letras que puedo dibujar en tu cuerpo.
Los exponentes y subíndices que se esbozan en tu sonrisa
y en tu ceño, fruncido a veces.
Me gusta descubrir tus equis, tus y griegas, y todo lo demás;
y que me expreses tus incógnitas.
Déjame a mí las primeras tres letras del abecedarioellas te expresarán todo lo ya conocido en mi,
todo lo que siente mi cuerpo cuando tu las trazas.
Permíteme ser parte de tus ecuaciones, de tus matrices
y de tus innumerables series.
No sólo me sumes, restes, multipliques o dividas.
Haz fórmulas en mi.
Dejémos intactas nuestras variables.
Excelente descripción (^_~), una mujer apasionada vale mil y es el mejor regalo que puede tener un hombre, a veces la tiene y no la valora, cuando la pierde se da topes contra la pared.
ResponderEliminarTambién una mujer apasionada que se valora, jamás regresa con el hombre que no la apreció.
Gusto en leerte.
Gracias Fabiola, me encantó tu comenario. Me mataste con el penúltimo párrafo...pero una no escarmienta en cabeza ajena.
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